Por: Madelyn Tirado
Este sábado pasado 22.09.2018, pudimos vivir la experiencia de la propuesta realizada por Camilo Artaza desde Entrecuerpos; el espacio reflexivo inicia con el llamado y presentación de la misma, observando quiénes responden y quiénes acuden.
El punto de partida viene dado desde el saber que Lo Masculino está atravesado por la Objetividad y la Generalización, que como plantea el psicoanalista Norberto Inda, conforma una estructura fachada de “El Hombre” como un todo que borra y omite las particularidades de los varones en pluralidad. En este orden, plantear Masculinidades en Crisis, desde una dinámica social que nos muestra a los varones como “supuestos sabidos”, representa mover y cuestionar los lugares normalizados socialmente asignados; así como también visibilizar los padecimientos que se presentan en las historias personales, situación que eleva las resistencias a la participación.
Sin embargo, a pesar de las circunstancias que adicionalmente nos afectan en una situación política-social y económica compleja, la respuesta fue casi inmediata y el interés hacia el tema convocó a 8 personas quienes en su mayoría eran varones; mostrando acá un escenario poco común que lleva a interrogarnos: ¿Será que los varones comienzan a pensarse en las faltas de referentes ante estas nuevas trayectorias que con mayor fuerza demandan las transformaciones en la interacción con los otros, con las otras?

Los planteamientos de los y las participantes, nos amplía la anterior reflexión, llevándonos a pensar en el señalamiento de las diferencias, ¿Cómo se vive la masculinidad desde un cuerpo de hombre? ¿Cómo se vive la masculinidad desde un cuerpo de mujer?. Camilo Artaza nos invita a explorarnos desde los constructos de pensamiento que conforman el concepto de Masculinidad y cómo la hemos vivido, por medio de la experiencia grupal, que presenta un primer momento con la aparición de un pensarnos igualitarios, equitativos y diferentes en contraposición con un actuar consciente e inconscientemente impulsado desde el machismo.

Las contradicciones aparecen, en lo grupal e individual, con la escisión Mente-Cuerpo, para mostrarnos las imposibilidades y puntos potentes que están relacionados con la dualidad, traer lo Masculino nos evoca lo Femenino y viceversa. La invitación a explorar la lateralidad en el cuerpo, permitió hacer consciente las sensaciones, emociones y pensamientos relacionados tanto a lo femenino como a lo masculino desde la alegoría izquierda-derecha. Apareciendo elementos como fuerza, seguridad, sostén, control, firmeza, en la indagación del lado derecho; y aspectos como suavidad, sutileza, libertad, apertura y descontrol en el lado izquierdo.
Al dar continuidad a los ejercicios exploratorios pero ahora llevando al encuentro con otro cuerpo, da lugar a la comunicación desde el gesto, la vivencia de las sensaciones de la dualidad. El diálogo de lo común, amplia las imágenes que posteriormente se analizan y dilucidan desde la observación grupal, con el pasaje en parejas a formar esculturas, que como un dibujo o una palabra, conectaba la vivencia dando forma a los procesos simbólicos que salen a flote desde la temática.

Desde mi perspectiva, las imágenes favorecieron la aparición del cuestionamiento de los lugares hasta ahora ocupados, notar en Crisis, cómo el caos y la ambigüedad lleva a replantearnos la forma en la que vivimos tanto hombres como mujeres, la masculinidad y la feminidad. Resumo en 4 planteamientos que desde esta experiencia dieron apertura a pensarnos con cuerpo y alma, expandiendo las nuevas trayectorias que se muestran como mapas para entrar en la mirada de territorios diferentes a los habituales.

En el encuentro hombre-mujer, se nos mostró las dificultades de las mujeres en la interacción con lo femenino, aún hoy tras una movida feminista que tiene décadas de estudio y reflexión. Dando espacio a considerar, como ya algunas mujeres psicoanalistas y feministas han alertado, el cambio de rol en la relación de poder hombre-mujer, en la cual las mujeres nos hemos movido del lugar femenino de sumisión impuesto por el patriarcado, a una identificación inconsciente con lo masculino opresivo patriarcal; perpetuando la dinámica opresor-oprimido, y deformando aún más la relación con lo femenino, que se repliega a la sombra. ¿Cómo vivimos las mujeres las potencias de nuestra feminidad, acaso la hemos enterrado intentado imitar a una figura de hombre poderoso, enviando como Atenea a Perseo, a darle fin a este aspecto teñido de proyecciones maléficas sobre lo femenino, que en la mitología representó Medusa?

Por otra parte, también la interacción de los hombres en referencia a la entrada de la fuerza femenina, se posiciona desde una entrega condicionada, dónde se construyen barreras con la necesidad de controlar ese aspecto desconocido, que aparentemente es percibido como amenazante. ¿Es posible que los hombres actualmente en la necesidad de explorar otros espacios de sus masculinidades, en la búsqueda de relacionarse con las mujeres (representantes en cuerpo de lo femenino), para crecer y trascender la visión del “hombre patriarcal”, inconscientemente continúen posicionándose en el lugar de control, desde una acción más sutil, pero también más hostil, persistente en el mensaje indirecto que se traduce en un te/me hago creer que nos relacionamos, pero en secreto no es así?

El encuentro de los hombres con lo masculino; esta categoría aparece desde lo arquetipal, en una danza de héroes según lo que se describe desde la observación grupal y la vivencia individual, en la cual se plantea la lucha-sufrimiento hacia la potencia masculina, a partir del encuentro entre un Aquiles, que expresa su rabia (quizás también su dolor), que se resiste a caer, y nos devela el talón, su vulnerabilidad. Al mismo tiempo, que comparte la tragedia ante un Ulises, que sufre y no manifiesta sus afectos, un padecimiento de sí, consigo mismo. ¿Servirán estas dos imágenes arquetipales, como guía para el entendimiento de cómo los varones actualmente vivencian su propia masculinidad, dando lugar a trayectorias que desde ahí les permitan encontrarse con otros elementos potentes?


Lo femenino viene al encuentro con los hombres; a partir de este punto, que señalo como último elemento que hace figura en el tránsito por el taller, hablo de lo femenino que deviene en si misma, como una energía que de acuerdo con las experiencias de los participantes facilitan su expresión corporal, pero que no pueden controlar, asumiéndole como un lugar Siniestro, aterrador en su oscuridad. En las perspectivas grupales se habla, de entrega y descanso, así como también de contacto con el otro, posterior a una previa manifestación turbulenta, caótica. Lo que me hace recordar la descripción de Ann Unalov, acerca de la función femenina como aspecto vital para el desarrollo psíquico:
El lado transformador y activo del principio femenino acentúa los elementos dinámicos de la psique que instan al cambio y a la transformación. Este lado es similar a la divina locura del alma descrita en el Fedro de Platón que invoca las fuerzas primarias capaces de llevarnos más allá de las limitaciones, de las convenciones sociales y de la vida razonable. Eros, en este sentido, produce éxtasis, una liberación de las convenciones del grupo… El éxtasis puede aparecer como una salida fuera de sí momentánea, pero también como un cambio profundo en la personalidad.
¿De qué maneras, los varones, y por qué no, las mujeres, podemos dar la bienvenida a estos movimientos que llevan al cambio; cómo nos arriesgaremos creativamente para vivir las transformaciones que ya no podemos negar u omitir, tanto en lo individual como en lo colectivo?


Así pues, como podemos apreciar en este resumen, la experiencia nos deja con más preguntas que respuestas, pero considero que es precisamente aquí donde las nuevas trayectorias se abren; estas propuestas de exploración, debate y reflexión, aparecen como alternativas que nos mueven de las posiciones normalizadas en las que se nos venden soluciones al sufrimiento o teorizaciones sin cuerpo que siguen dejándonos en el mismo lugar. La actividad surgió como una invitación que aparte de dilucidar la temática, también lleva a replantear las maneras en las que abordamos las problemáticas humanas.

Agradecemos especialmente a Camilo Artaza y EntreCuerpos. Centro de Estudios por el interés en compartir con nosotros, las investigaciones que realizan desde sus haceres; a su vez complacidos por la apertura de la Escuela de Teatro Ramón Zapata y Valencia Danza Contemporánea ya que nuevamente nos brindaron su espacio para este trabajo; a los hombres y mujeres que con disposición acudieron al llamado desde las Masculinidades en Crisis y Nuevas Trayectorias. – Equipo Psico Atelier –

Referencias en este escrito:
- Inda, Norberto, GÉNERO MASCULINO, NÚMERO SINGULAR Consideraciones sobre psicoanálisis y complejo de masculinidad. Género, Psicoanálisis y Subjetividad – Edit. Paidos.
- Ulanov Ann, The feminine in Junguian Psychology and Christian Theology. Citado por Qualls-Corbett Nancy en La Prostituta Sagrada. Ediciones Obelisco.
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